lunes, noviembre 06, 2006

Taínos y Caribes


Taínos y Caribes (ISBN 0-9746236-3-6) es de gran interés para todo aquel a quien le interese la historia y cultura caribeña. Tiene palabras regionales como las canoas de los caribes, las piraguas, vocablo que comentaba anteriormente. Pero además, Sebastián Robiou Lamarche nos enseña el gran vocabulario de la mitología y cosmovisión de los taínos y caribes. El libro tiene numerosas ilustraciones y nos muestra detalladamente las constelaciones de los taínos y caribes.

Alguien me ha preguntado sobre qué cuenta este libro en cuanto al genocidio de los taínos y caribes a manos de los europeos, en específico, la reacción de la Corona de España. Robiou Lamarche narra lo siguiente:

“Mientras a principios de 1511 se rebelaban los taínos borinqueños y se iniciaba la conquista de Cuba, (…) fray Antón de Montesino pronunciaría en Santo Domingo su famoso sermón de Adviento frente al virrey Diego Colón y demás autoridades y personalidades de la colonia. Sin temor ni reparos, el padre dominico condenó el trato dado a los taínos por los españoles y les advertía que vivían y morían en pecado mortal por las guerras y los trabajos abusivos a que sometían al indígena. (…) Como resultado, se promulgaron en 1512 las llamadas Leyes de Burgos. En éstas, se establecía el principio de libertad de los aborígenes así como se definían los deberes cristianos que hacia éstos tenían los colonizadores. También se reducían las horas de trabajo, se excluían de las minas a las mujeres casadas y se limitaba el tipo de trabajo a los menores de 14 años.” (p. 242)

piragüeros y piragüistas

Se cuenta que varios pueblos autóctonas de las Américas quedaron sumamente intrigados al ver las naves españolas, tanto así que algunos no podían verlas y otros pensaron que sus velas eran nubes. Sin embargo, los caribes contaban con canoas capaces de viajar por el Mar Caribe. Las llamaban “piraguas”. Según nos cuenta Robiou Lamarche en su libro Taínos y Caribes, la piragua podía llevar hasta 60 guerreros (p. 190).

Por razones que desconozco, en Puerto Rico “piragua” se convirtió en un refresco muy popular que todavía se puede disfrutar en las esquinas del Viejo San Juan y otros lugares. Consiste de hielo rallado al que se le añade algún jugo (tamarindo, fresa, etc.). Piragüero es el que vende piraguas.

Luz Nereida Pérez, en hablemos español (San Juan, 1998, 5ª ed., p. 34) lamenta que el DRAE (1992) diga que al hielo “rallado” se le añade un “jarabe”, como si se tratara de algún medicamento, quizás hasta nocivo al paladar. La RAE parece haberla escuchado pues en su edición de 2001 ha corregido la acepción puertorriqueña a simplemente “refresco granizado”.

Por “granizado” entendemos, “dicho de un refresco: Hecho con hielo finamente desmenuzado, al que se agrega alguna esencia, jugo de fruta o bebida alcohólica. Café, limón granizado” (DRAE 2001).

Esta misma 22ª edición del DRAE nos recuerda que piragüero, piragüera, es la persona que vende piraguas, mientras que piragüista es el “Deportista que tripula o forma parte de la tripulación de una piragua”.